La FIC organiza un curso de RCP a su personal no sanitario
Cada año, más de 30.000 personas en España sufren una parada cardiaca, la mayor parte de ellas fuera del ámbito hospitalario. La recuperación de estos pacientes depende de la rápida actuación inmediatamente después del evento, ya que cada minuto sin recibir maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), la supervivencia disminuye entre un 7% y un 10%.
La Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC), respondiendo a su compromiso de contribuir a la mejora de la salud cardiovascular, ha organizado un curso de RCP dirigido a su personal no sanitario. A la formación, impartida el 13 de diciembre en la sede de la FIC, se invitó además al resto de empresas alojadas en el edificio así como a los conserjes del bloque.
En total, 15 personas acudieron al curso para, posteriormente, formar al resto de compañeros de trabajo en sus oficinas. Con ello, se puede ampliar este conocimiento a unas 100 personas que tengan unas nociones básicas de reconocimiento del peligro y de actuación en caso de enfrentarse a este tipo de situaciones. No en vano, la desfibrilación precoz asociada a la RCP puede alcanzar tasas de supervivencia de hasta el 70-75%.
En la FIC nos parecía fundamental que todo el personal de la Fundación tuviera los conocimientos necesarios para hacer un masaje cardiopulmonar en caso de necesidad, es una herramienta que siempre tenemos disponible y que puede marcar la diferencia entre la vida o la muerte en un momento dado”, ha afirmado Ela Jarnea, directora de gestión de la FIC. “Nos satisface, además, enormemente haber aportado este conocimiento a nuestra comunidad de vecinos”.
Actualmente, la RCP realizada por los testigos dobla la tasa de supervivencia de los pacientes en parada cardiaca pero, ante la falta de conocimientos de la población en general, sólo un 10% de las víctimas sobreviven con mínima discapacidad.
La formación consistió en una primera parte teórica en la que se explicó paso a paso las acciones a realizar ante un caso de parada cardiaca. Posteriormente, tanto en parejas como individualmente, los asistentes practicaron con un maniquí las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Además, se dieron indicaciones sobre qué hacer ante sospecha de atragantamiento.
“Hemos aprendido un montón de cosas muy útiles para nuestras vidas y las de quienes nos rodean”, ha dicho Mónica Estades, administrativa de la FIC. “¡Espero que no tengamos que tener que usarlas!”, añade.
“A mí me ha llamado la atención la fuerza que hay que hacer para aplicar las compresiones”, ha afirmado Aroa González, responsable de formación de la Fundación IMAS y también asistente al curso.
Maniobras de Reanimación Cardiopulmonar
“Lo primero que hay que hacer es asegurarse de que tanto la víctima como la persona que la va a socorrer se encuentran en un lugar seguro para poderla asistir sin correr ningún riesgo”, explica el Dr. Francisco Javier Noriega Sanz, de la Unidad Cuidados Agudos Cardiológicos del Servicio de Cardiología Hospital Clínico San Carlos y docente del curso. “Una vez que se comprueba que el paciente no respira, hay que llamar al 112 para pedir ayuda y después comenzar las maniobras cuanto antes”. Además, si es posible, hay que enviar a alguien a buscar un desfibrilador. “Pero si se está solo no hay que abandonar a la víctima”, subraya el cardiólogo.
Para realizar la RCP, hay que arrodillarse al lado del paciente, colocar el talón de una mano en el centro del pecho de la víctima y poner el talón de la otra mano encima de la primera entrelazando los dedos. Posteriormente, hay que colocarse verticalmente sobre el pecho de la víctima y comprimir el esternón aproximadamente 5 cm a una frecuencia de 100-120 compresiones por minutos. Cada 30 compresiones, y si quien asiste a la víctima se encuentra cómodo con ello, se aplicarían dos respiraciones de rescate abriendo la vía aérea usando la maniobra frente- mentón. “Las respiraciones no han de durar más de 10 segundos en total”, explica el Dr. Noriega. “Lo más importante son las compresiones”.