Se estima que entre 700.000 y 800.000 personas padecen insuficiencia cardíaca en nuestro país. Esta enfermedad, que limita el flujo sanguíneo que bombea el corazón, constituye la primera causa de hospitalizaciones en mayores de 65 años en España y supone una merma notable en la calidad de vida de los pacientes. Un diagnóstico temprano y un adecuado manejo es fundamental para evitar complicaciones y reducir la mortalidad, actualmente situada en el 12% de las personas que ingresan por esta dolencia crónica.
Con el objetivo de identificar correctamente a estos pacientes, la red madrileña CardioRed1 ha lanzado la campaña Detectar los no detectados el 4 de mayo de 2023 cuando se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre la insuficiencia cardíaca. La iniciativa está alineada con la Sociedad Europea de Cardiología, quien ha marcado el objetivo de reducir la mortalidad por esta enfermedad un 25% en los próximos 25 años. La iniciativa ha contado con apoyo de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC), y las farmacéuticas CSL Vifor, AstraZeneca y Novartis.
A través de una sencilla prueba, personal de enfermería situado en 6 centros de salud podrá identificar a los pacientes con sospecha de insuficiencia cardíaca para derivarles a una consulta de cardiología en caso necesario. “Es importante detectar correctamente la insuficiencia cardíaca para que los pacientes puedan ser adecuadamente manejados por los profesionales sanitarios”, afirma el Dr. Alberto Esteban, cardiólogo del Hospital Universitario Severo Ochoa, y uno de los profesionales implicados en el proyecto. “Como responsables de la identificación de los síntomas y puerta de entrada en el sistema sanitario, la labor de Atención Primaria es fundamental”.
En qué consiste la campaña
La prueba, que se realizará a las personas que acudan a los centros de salud seleccionados, empieza con un breve cuestionario de 7 preguntas tales como: ¿Ha notado en las últimas semanas o meses que se cansa más al caminar o que le cuesta más hacer las tardeas cotidianas? ¿Se le han hinchado últimamente los tobillos o las piernas? ¿Ha notado sensación de ahogo mientras duerme?
Si las personas entrevistadas contestan positivamente a dos o más preguntas se les realiza un análisis de sangre (prueba NT- ProBNP o de péptidos natriuréticos) cuyos resultados se obtendrán en el acto. Si el resultado es de nuevo positivo, se derivará al paciente al hospital de referencia donde un cardiólogo le realizará una prueba de imagen donde se confirmaría el diagnóstico.
“Los síntomas de la insuficiencia cardíaca pueden ser comunes a otras patologías por lo que esta prueba es clave para descartar esta enfermedad y derivar a la consulta de cardiología a aquellos pacientes en donde hay una sospecha real”, explica el experto en insuficiencia cardíaca.
La insuficiencia cardíaca: una epidemia del S. XXI con un alto coste económico y en vidas
Según datos de RECALCAR, el mayor registro sobre la atención cardiológica en nuestro país, los ingresos por insuficiencia cardíaca han aumentado un 22% en 10 años, provocando más de 110.000 hospitalizaciones anuales actualmente. Esta enfermedad, con un alto impacto en la calidad de vida de las personas, también lo tiene sobre el gasto del sistema sanitario. Cerca del 4% del gasto total sanitario se dedica a esta patología; el 80% del mismo ocurre durante los ingresos.
El aumento en la incidencia de esta enfermedad tiene que ver con dos cuestiones. Por un lado, el mejor manejo de las enfermedades cardíacas agudas -que antes suponían el fallecimiento del paciente-, ahora derivan en numerosas ocasiones en procesos crónicos que pueden desembocar en insuficiencia cardíaca. Por otro lado, influye el aumento de la esperanza de vida dado que la edad es un factor de riesgo para el desarrollo de cardiopatías como la insuficiencia cardíaca.