
Investigadores del Hospital Clínico Universitario San Carlos (HCSC) y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (F.S.P.), con el apoyo de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC), han conseguido determinar los parámetros de seguridad y eficacia en los procedimientos de ablación de arritmias realizados desde la raíz de los grandes vasos cardíacos.
El trabajo, publicado en Circulation: Arrhythmia and Electrophysiology de la Asociación Americana de Cardiología -la principal publicación de sobre arritmias de esta sociedad- permitirá tener un mayor control sobre un tipo de procedimiento de alta complejidad y poco estudiado hasta el momento. Los investigadores utilizaron un modelo animal porcino in vivo con alto valor traslacional utilizando tecnología que permite la monitorización continua de la fuerza de contacto.
“La caracterización del daño arterial producido durante estas aplicaciones no es fácil de evaluar en pacientes, dado que no se pueden obtener muestras para análisis microscópico e histológico detallado”, afirma el Dr. David Filgueiras, uno de los investigadores del estudio. “En nuestro caso, pudimos utilizar un modelo animal de cerdo, utilizando un procedimiento in vivo con alta similitud a un procedimiento clínico en pacientes”, explica.
Aunque la mayoría de los procedimientos de ablación de arritmias se realizan desde el interior de las cavidades cardíacas con el catéter en contacto directo con el miocardio objetivo de la ablación, en determinadas circunstancias la ablación ha de realizarse desde la raíz de la arteria aorta o arteria pulmonar con el objetivo de ablacionar el miocardio adyacente a dichos vasos. “Esto ocurre cuando existen arritmias sintomáticas o con riesgo para el paciente, lo que supone hasta un 5% de los procedimientos de ablación de arritmias cardíacas”, asegura el cardiólogo de la Unidad de Arritmias del HCSC.
Al ablacionar desde la raíz aórtica o arteria pulmonar, es importante tener en cuenta el daño que pueda realizarse a la pared arterial, puesto que en muchas ocasiones la energía de radiofrecuencia liberada por el catéter tiene que atravesar la pared vascular y así poder alcanzar el miocardio adyacente. “El riesgo reside en que la pared del vaso arterial se dañe y pueda derivar en una perforación de la misma, o en un daño irreversible en la integridad de la pared vascular”, explica el Dr. José Manuel Alfonso, otro de los investigadores del estudio. Utilizando una microscopía multifotón de la pared arterial, los investigadores consiguieron evaluar el daño vascular ocasionado durante la aplicación de radiofrecuencia.
Según Alfonso, “el modelo animal tuvo la ventaja de poder analizar con detalle las lesiones de ablación y caracterización precisa del daño vascular, y así establecer los parámetros de ablación que permiten obtener lesiones eficaces y seguras en el tejido cardíaco objetivo”.
Parámetros de seguridad identificados
Más concretamente, el equipo de investigación consiguió identificar que aplicaciones de radiofrecuencia con potencia de 40W, picos de temperatura ≤38 grados y caídas de impedancia ~16 Ohmios son seguras para evitar daño vascular grave en el momento de la aplicación. Por otro lado, las ablaciones realizadas a 40W y con distintas fuerzas de contacto, utilizando un parámetro denominado Índice de Lesión (LSI) para monitorizar la lesión, permitieron observar que el tamaño de la lesión en el miocardio adyacente a la arteria seguía una correlación lineal significativa con el valor del LSI alcanzado.
Según el Dr. Julián Pérez-Villacastín, jefe de la unidad de arritmias del HCSC y director del Instituto Cardiovascular de este mismo hospital, “los datos de este trabajo permiten establecer parámetros de ablación seguros y eficaces para la realización de lesiones de radiofrecuencia en regiones altamente sensibles a complicaciones graves, como son la raíz de la aorta y arteria pulmonar”. Dado el alto valor traslacional de los datos y la imposibilidad de obtener este tipo de análisis en estudios con pacientes, los resultados de esta investigación “permitirán tener un mayor control durante este tipo de aplicaciones y realizar un procedimiento más controlado, en un abordaje clínico complejo que resulta imprescindible para el tratamiento de ciertos sustratos arrítmicos”, asegura.