La disposición de las fibras cardiacas post infarto predicen el riesgo de muerte súbita

Equipo de arritmias del HCSC: El Dr. Pérez Villacastín figura en el medio de la primera fila y el Dr. Filgueiras en medio de la última.

Investigadores del Hospital Clínico San Carlos (HCSC) han descubierto que la desorganización de las fibras cardiacas tras un infarto podría indicar el riesgo de arritmia ventricular, una patología potencialmente letal causante de la muerte súbita. Este importante hallazgo “no sólo podría ofrecer respuestas a un problema clínico diario real sino que además abre posibilidades a tratamientos de diferenciación cardiaca”, explica el Dr. David Filgueiras, de la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos.

Este estudio, en el que también han colaborado profesionales del Centro Nacional de Supercomputación, se ha llevado a cabo a partir del desarrollo de un modelo porcino de postinfarto de miocardio el cual es muy similar al que presentan los humanos. El uso de tecnologías de alta resolución en 3D han permitido visualizar y analizar por primera vez la disposición de las fibras cardiacas tras un infarto.

El Dr. Julián Pérez Villacastín, jefe de la unidad de arritmias del HCSC y director del Instituto Cardiovascular del mismo hospital, explica que el principal problema secundario a un infarto es que la arritmia ventricular que se origine sea letal. Después de un ataque cardiaco, y dependiendo de su magnitud, persisten células cardíacas vivas rodeadas de células cardíacas muertas que se quedan de una forma y orientación determinada. A partir de la disposición final de las células cardíacas vivas después del infarto “se puede predecir qué tipo de arritmia va a producirse, hecho que anteriormente no era posible”.

Hasta ahora la investigación de este tipo de arritmias estaba enfocada al análisis de la estructura de la cicatriz que aparece tras un infarto, algo que se puede estudiar por resonancia magnética. “Más que el tejido cicatricial, el factor de riesgo más relevante para arritmias es la desorganización de las fibras cardiacas que todavía quedan vivas: están bien dispuestas en la zona sana pero se empiezan a desestructurar y a generar alteraciones, entrecruzamientos y desorganización en la zona del infarto que son responsables del desarrollo de la arritmia ventricular”, asegura Filgueiras.

Avanzando hacia una atención al infarto personalizada

Esta información abre nuevas posibilidades de tratamiento avanzando hacia una medicina personalizada. “Si se concluye que la desorganización de las fibras se corresponde con arritmias letales, la indicación clara sería la de prevenir la muerte súbita con desfibrilador. Sin embargo, cuando las personas no presentaran una desestructuración fibrilar tan marcada podrían beneficiarse de abordajes y estrategias menos agresivas, lo que supone una especificidad terapéutica”, asegura Filgueiras quien también pertenece al Área de Fisiopatología Miocárdica del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). Además, aún se desconoce si las fibras podrían reorganizarse y a través de qué mecanismos.

El obstáculo para trasladar definitivamente estos hallazgos al paciente es, según los expertos, que aún no se dispone de tecnología con esta elevada resolución. “Cuando este tipo de metodología esté disponible en la clínica se irá por delante, porque en ese momento sabremos la zona exacta en la que se producen las taquicardias y a qué debemos dar importancia, lo que, claramente, es un ejemplo de medicina traslacional”, sentencia Villacastín.

 

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